Tu hijo navega por internet, juega en línea, usa redes sociales y, probablemente, tiene su propio móvil o tablet. El entorno digital es parte de su vida, pero ¿realmente está seguro? Los menores son especialmente vulnerables en internet y pueden ser víctimas de ciberataques sin siquiera darse cuenta.
El ciberacoso, el grooming, el phishing o la suplantación de identidad son solo algunos de los peligros a los que se enfrentan. Estas amenazas afectan su bienestar emocional, comprometer su privacidad e incluso exponerlos a delitos más graves. Ante esta realidad, muchos padres se preguntan: ¿qué puedo hacer para proteger a mi hijo?
En este artículo te explicamos cuáles son los principales peligros del entorno digital para los menores y cómo actuar si tu hijo está en riesgo.
Riesgos digitales para los menores: ¿a qué amenazas se enfrentan?
A diferencia de los adultos, los menores suelen confiar más en lo que ven en la red, compartir información sin medir las consecuencias y subestimar el impacto de ciertas acciones. No son plenamente conscientes de los peligros que existen en internet y es fácil que caigan en engaños o interactúen con personas malintencionadas sin darse cuenta.
Por eso es importante que los padres conozcan las amenazas digitales más comunes que afectan a los menores, y comprendan el impacto que tienen en su bienestar y seguridad. Atención a estas situaciones:
1. Ciberacoso
Cuando un menor es intimidado, humillado o acosado de manera repetida en el entorno digital, hablamos de ciberacoso: insultos en redes sociales, difusión de rumores, burlas en grupos de mensajería o incluso la publicación de contenido comprometedor sin consentimiento.
A diferencia del acoso tradicional, en internet no hay refugio: el menor puede ser víctima las 24 horas del día.
2. Grooming
El grooming es un delito grave en el que un adulto se hace pasar por un menor en internet para ganarse su confianza con fines abusivos. Puede ocurrir en redes sociales, plataformas de videojuegos o chats privados.
Los agresores manipulan a los menores para obtener información personal, imágenes íntimas o incluso concertar un encuentro en persona.
3. Phishing y hackeos
Al igual que los adultos, los menores también pueden ser víctimas de phishing. Mediante correos electrónicos falsos o enlaces fraudulentos, los menores pueden revelar sin darse cuenta sus contraseñas o datos personales.
Los hackeos también ocurren cuando los niños utilizan contraseñas débiles o descargan aplicaciones maliciosas sin darse cuenta del riesgo.
3. Robo de identidad y suplantación
Cuando las fotos o datos personales son utilizados para crear perfiles falsos en redes sociales, hablamos de suplantación de identidad.
Esta situación deriva en casos de acoso, estafas o chantajes. En algunos casos, los ciberdelincuentes utilizan la información robada para realizar compras fraudulentas o incluso cometer delitos en nombre del menor sin que este lo sepa.
>> El derecho al honor: protege tu reputación en redes sociales.
4. Contenido inapropiado
Desde violencia extrema hasta discursos de odio o material sexual explícito, la falta de control parental hace que los niños tengan acceso a información perjudicial para su desarrollo.
Algunas plataformas aplican filtros pero, lamentablemente, no son todo lo efectivos que deberían. Es responsabilidad de los padres supervisar.
5. Retos virales
Parecen divertidos e inofensivos, pero algunos retos virales son un riesgo para los menores.
Desde desafíos que implican autolesiones hasta pruebas extremas que ponen en riesgo su seguridad, muchos de estos retos se difunden sin control en redes sociales y pueden ser vistos por niños y adolescentes como una forma de aceptación dentro de su grupo de amistades.
6. Exposición excesiva y pérdida de privacidad
Muchos menores comparten información personal en redes sociales sin ser conscientes del peligro que implica. Los ciberdelincuentes persiguen datos como la ubicación, el colegio al que asisten o sus hábitos diarios, información que luego utilizan con fines delictivos. La educación en privacidad digital es clave para evitar estos riesgos.
>> ¿Han publicado una foto tuya en Instagram? Derecho a la intimidad y a la propia imagen.
¿Cómo pueden actuar los padres?
Los padres tienen la responsabilidad de actuar con rapidez y tomar medidas efectivas, en caso de que aprecien cualquier tipo de amenaza. La legislación española reconoce el derecho de los menores a un uso seguro de internet, y existen herramientas legales para denunciar situaciones de riesgo o a exigir la eliminación de contenido perjudicial.
Uno de los primeros pasos, si el menor ha sido víctima de un ciberataque, es recopilar pruebas, como capturas de pantalla o registros de actividad.
A continuación, se puede acudir a organismos como la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) si se han vulnerado derechos relacionados con la privacidad o la seguridad online. En casos más graves, como el ciberacoso o el grooming, la Fiscalía de Menores puede intervenir para investigar y, si es necesario, iniciar un proceso legal contra los responsables.
Las plataformas digitales también tienen responsabilidades en la protección de los menores. Si un contenido es inapropiado o se ha utilizado información personal sin autorización, es posible solicitar su retirada y, en caso de negativa, buscar asesoramiento legal.
En cualquier caso, la supervisión parental y la educación en ciberseguridad son esenciales para minimizar estos riesgos. Y si la situación requiere un enfoque legal más profundo, es recomendable pedir asesoramiento especializado. ¿Necesitas saber cómo actuar ante un caso de ciberataque a un menor? Ponte en contacto con nuestro despacho y te ayudamos a dar los pasos correctos.