Las hipotecas multidivisa se presentaron en el mercado español hace unos años como una opción interesante para ahorrarse un dinero en la hipoteca. Se trataba de pedir el préstamo vinculándolo a una moneda extranjera, y beneficiarse de condiciones mejores que las ofrecidas por el Euribor en aquel momento.
Aunque el planteamiento es atractivo, los riesgos son altos, y en muchos casos las familias contrataron este producto sin haber sido informadas con total claridad sobre las condiciones.
Por ese motivo, las hipotecas multidivisas están siendo una fuente constante de conflictos legales en los últimos años.
La nulidad del 95% de estas hipotecas, basada en la falta de transparencia bancaria, abre la oportunidad de recalcular préstamos y retornar a la realidad del mercado hipotecario español.
¿Qué es una hipoteca multidivisa y cuáles son sus riesgos? Vamos a verlo a continuación.
Comprendiendo la hipoteca multidivisa: esto es lo básico que hay que saber
Una hipoteca multidivisa es un tipo de préstamo hipotecario en el que el capital prestado y los pagos mensuales tienen como referencia una moneda extranjera, diferente a la del país de residencia de la persona que contrata el préstamo.
Es decir, significa que contratas un préstamo en una moneda que no es aquella en la que percibes tus ingresos.
La idea detrás de una hipoteca multidivisa es que puedes aprovechar las fluctuaciones en los tipos de cambio para, potencialmente, reducir el costo total del préstamo.
Digamos que, cuando eliges una hipoteca multidivisa, estás haciendo una apuesta (con los riesgos que ello conlleva). Estás apostando a que la moneda en la que está tu préstamo hipotecario se fortalezca frente a la moneda en la que recibes tus ingresos.
Si esto sucede, pagarás menos en términos de tu moneda local. Habrá sido una buena decisión que te ahorrará dinero.
Pero ¿y si la moneda en la que se te ha concedido el préstamo hipotecario se debilita? ¿Y si su valor cae por debajo de la moneda en la que percibes tus ingresos?
En ese caso, podrías terminar pagando más de lo esperado.
Es importante destacar que las hipotecas multidivisa pueden ser bastante complejas y tienen un nivel de riesgo más alto que las hipotecas tradicionales, en moneda local.
Las fluctuaciones en los tipos de cambio pueden afectar significativamente tus pagos mensuales y el saldo pendiente de la hipoteca. Estarás muy pendiente de cómo evoluciona el cambio y te puedes llevar algunas sorpresas desagradables, si sus fluctuaciones no te favorecen.
Se trata, pues, de un producto arriesgado. Es crucial comprender bien cómo funciona antes de decidir si es la decisión adecuada en función de tu situación financiera y tolerancia al riesgo.
¿Qué problemas se pueden plantear con una hipoteca multidivisa?
Dado que se trata de un producto complejo, pueden plantearse algunos conflictos legales que deberán ser consultados con un despacho de abogados especializado en este tipo de productos.
Los problemas más habituales con este tipo de hipotecas, son:
Falta de transparencia
En muchos casos, la entidad que emite el préstamo no ha aportado al cliente información clara y completa sobre los riesgos asociados a este producto, por lo que este acaba aceptando términos que no comprende completamente.
Una reciente sentencia, dictada por el Juzgado de Primera Instancia nº 50 bis de Barcelona, determinó falta de transparencia y declaró la nulidad de las cláusulas de un préstamo hipotecario multidivisa y ordenó a la entidad (el BBVA) recalcular el préstamo en euros y restituir a los afectados el sobrecoste pagado más comisiones y gastos: más de 400.000 euros.
Cláusulas abusivas
Cuando las disposiciones en un contrato otorgan ventajas desproporcionadas a una de las partes, generando un desequilibrio claro entre los derechos y obligaciones de las partes, hablamos de cláusulas abusivas.
Comisiones o cargos adicionales ocultos que pueden aumentar significativamente el costo total del préstamo, son las más habituales.
Limitaciones en la conversión de divisas
Las hipotecas multidivisa permiten cambiar de moneda, según las condiciones pactadas en el contrato y, habitualmente, con un coste. Sin embargo, en ocasiones la entidad que emite el préstamo puede imponer restricciones excesivas, dificultando que el prestatario cambie de moneda si así lo desea.
Problemas con el tipo de cambio aplicado
Algunas cláusulas pueden permitir al prestamista manipular los tipos de cambio utilizados para calcular los pagos mensuales de la hipoteca. La entidad siempre debe pactar expresamente el tipo de cambio que aplicará en las operaciones.
Si tienes cualquier duda con este tipo de producto bancario o crees que podrías estar pagando más de lo que corresponde, consúltanos.
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