¿Vas a reclamar una incapacidad permanente? No cometas estos errores

¿Vas a reclamar una incapacidad permanente? No cometas estos errores

¿Sabías que más de la mitad de las solicitudes de incapacidad permanente son rechazadas en el primer intento? Reclamar una incapacidad permanente es un proceso meticuloso, con obstáculos que pueden complicar mucho la reclamación si no se resuelven correctamente. 

Muchas personas con lesiones evidentes o enfermedades incapacitantes ven que su solicitud se atasca o es rechazada, y no porque no tengan razón, sino porque cometieron errores que podrían haberse evitado con un poco de orientación.

Precisamente de eso queríamos hablarte hoy: de los fallos más habituales que se cometen a la hora de presentar una reclamación de incapacidad permanente. Somos Abogados Especialistas en Seguros y Bancario y en este artículo vamos a ayudarte a evitar errores para que tu reclamación tenga las máximas garantías de éxito.

 

Errores más comunes al reclamar una incapacidad permanente

Solicitar una incapacidad permanente no solo requiere acreditar tu estado de salud, sino también sortear una serie de pasos administrativos y legales que no siempre son intuitivos.

Los errores más comunes suelen estar relacionados con la falta de preparación o el desconocimiento del proceso, pero con la orientación adecuada, pueden evitarse fácilmente. 

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A continuación, desglosamos los fallos más frecuentes y te mostramos cómo enfrentarlos con éxito.

 

Error 1: No contar con un informe médico completo y actualizado

El informe médico es el corazón de cualquier reclamación por incapacidad permanente. Sin una documentación médica detallada, actualizada y respaldada por especialistas, tu solicitud tiene pocas posibilidades de prosperar.

Este documento debe demostrar no solo la existencia de una enfermedad o lesión, sino también su gravedad y cómo afecta a tu capacidad para trabajar. Informes incompletos o antiguos pueden dar la impresión de que tu situación no es lo suficientemente grave.

Para evitar este error, es necesario consultar con especialistas que hagan una evaluación a fondo de tu estado de salud. Asegúrate de que los informes incluyan detalles sobre el diagnóstico, el tratamiento recibido y las limitaciones funcionales derivadas.

Y si ha pasado tiempo desde tu última valoración médica, revisa si hay que hacer alguna actualización antes de presentar los informes.

 

Error 2: Presentar la reclamación sin asesoramiento legal

El proceso de reclamar una incapacidad permanente está lleno de tecnicismos legales y procedimientos administrativos que pueden resultar abrumadores si no tienes experiencia. Tratar de hacerlo por tu cuenta sin el respaldo de un abogado especializado es un error que puede costarte caro.

Un abogado especializado, con experiencia en casos de incapacidad permanente, no solo te ayudará a presentar correctamente la documentación, sino que también sabrá cómo preparar el caso ante posibles objeciones del tribunal médico o de la Seguridad Social.

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Error 3: No aportar pruebas suficientes de la limitación laboral

No basta con demostrar que tienes una enfermedad o lesión; es imprescindible probar cómo estas condiciones afectan tu capacidad para desempeñar un trabajo.

La Seguridad Social no evalúa solo tu estado de salud, sino también cómo este limita tu desempeño laboral. Sin pruebas claras, podrían argumentar que aún puedes realizar ciertas tareas compatibles con tu profesión.

Por eso puede ser necesario incluir informes funcionales que detallen las actividades laborales que ya no puedes realizar. Incluso, si es posible, puede ser de utilidad añadir testimonios de compañeros o supervisores que expliquen cómo tu rendimiento se ha visto afectado.

 

Error 4: No estar preparado para un posible rechazo inicial

Entra dentro de lo normal que una solicitud de incapacidad permanente sea rechazada en primera instancia, incluso aunque esté bien fundamentada. Eso es porque, en muchos casos, la Seguridad Social adopta una postura conservadora y solicita pruebas adicionales o información más detallada antes de aceptar una reclamación.

Este rechazo inicial puede desanimar a muchas personas, llevándolas a abandonar el proceso antes de tiempo.

Por tanto, prepárate mentalmente para una posible denegación inicial y considera esto como parte del proceso. Luego consulta a tu abogado para saber cómo responder a las objeciones y qué recursos puedes presentar, aportando más pruebas que refuercen tu solicitud.

Un caso reciente demuestra la importancia de no rendirse ante un rechazo inicial. El Juzgado de lo Social número 3 de Santander reconoció la incapacidad permanente total a una trabajadora de limpieza en Cantabria, inicialmente denegada por el INSS. 

La mujer sufría síndrome post-COVID, artritis psoriásica y un bloqueo completo en la rama izquierda que le impedía realizar las tareas esenciales de su profesión. Tras presentar una reclamación bien fundamentada, el tribunal emitió una sentencia pionera, destacando las secuelas incapacitantes de la trabajadora.

Este ejemplo subraya que un rechazo no es el final, sino una oportunidad para reforzar tu caso y obtener justicia con el apoyo adecuado.

 

Error 5: Plantear mal el tipo de incapacidad que se reclama

Hay diferentes grados de incapacidad permanente (parcial, total, absoluta y gran invalidez), y cada uno tiene requisitos específicos. Si solicitas un grado de incapacidad que no se ajusta a tu situación real, estarás perdiendo tiempo y complicando el proceso. 

De ahí la importancia de identificar desde el primer momento cuál es el grado que corresponde con tus limitaciones laborales y médicas, y asegurarte de que la documentación presentada respalde el grado solicitado. 

Evitar estos errores no solo aumenta tus posibilidades de éxito, sino que también reduce el estrés y los retrasos asociados con una reclamación mal planteada. Con la preparación adecuada y el apoyo de un equipo profesional como el de AESB, puedes reclamar tu incapacidad permanente con las máximas garantías.