¿Es ilegal descargar una película por internet? ¿Y compartir un libro en PDF con un amigo? ¿Puedo usar una canción conocida en un vídeo de redes sociales? ¿Y una imagen sacada de Google para ilustrar una web personal? Utilizar un contenido digital ajeno ¿cuándo es delito?
La piratería digital es un terreno en el que muchas personas se mueven con ideas imprecisas. Algunos creen que todo está permitido si no hay ánimo de lucro. Otros, que compartir contenidos en grupos privados no tiene consecuencias. ¿Sabrías decir cuáles son los límites que marca la ley?
Para eso estamos nosotros. Somos Abogados Especialistas en Seguros y Bancario y en este artículo te explicamos cuándo utilizar contenidos de otros puede considerarse delito, y cuáles son las consecuencias legales de ser un pirata digital.
¿Qué se entiende por piratería digital?
La piratería digital consiste, en términos generales, en usar, reproducir, distribuir o comunicar contenidos protegidos por derechos de autor sin la autorización del titular. Afecta a todo tipo de obras digitales: películas, música, libros, software, videojuegos, fotografías, etc.
Una de las ideas más extendidas —y equivocadas— es pensar que si un contenido está en internet, puede utilizarse libremente. Por ejemplo, muchas personas creen que, si una imagen aparece en Google o circula por redes sociales, pueden usarla sin más.
No es así.
El hecho de que algo esté publicado online no elimina los derechos de autor. Incluso compartir una imagen sin citar al autor, o usarla en una web personal o profesional, puede considerarse una infracción legal. Y en algunos casos, podría derivar en responsabilidad civil o reclamaciones por daños.
La piratería no se limita a las descargas. También incluye compartir archivos, subir contenidos protegidos a plataformas públicas, hacer copias no autorizadas o usar materiales con fines comerciales sin permiso.
Ahora bien, no todas estas acciones son delito. El marco legal distingue entre infracciones y conductas tipificadas penalmente. La clave está en factores como la escala, el perjuicio causado o la existencia de ánimo de lucro.
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Piratear contenidos ¿cuándo se considera delito?
No toda infracción de derechos de autor se considera delito. El Código Penal español solo tipifica como delito las conductas más graves relacionadas con la propiedad intelectual, y establece unos criterios muy concretos para diferenciarlas de simples infracciones civiles o administrativas.
En general, se considera delito cuando:
- existe ánimo de lucro (directo o indirecto)
- se causa un perjuicio económico al titular de los derechos
Por ejemplo, vender copias piratas de software, películas o libros, o gestionar páginas web que distribuyen contenido protegido a gran escala, incluso si obtienen ingresos mediante publicidad.
La clave no está solo en el acto de compartir o descargar, sino en cómo se hace, con qué fin y con qué impacto.
Por eso, no es lo mismo bajarse un archivo para uso personal que distribuirlo públicamente o beneficiarse económicamente de ello.
En todo caso, aunque una conducta no encaje en la definición penal, puede seguir siendo ilegal y dar lugar a sanciones civiles, reclamaciones por daños o incluso requerimientos de retirada inmediata del contenido.
Por tanto, el hecho de que no haya delito no significa que la acción sea legal o esté exenta de consecuencias. Conviene actuar siempre con precaución y consultar con profesionales si hay dudas razonables.
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Atención a las consecuencias de piratear
Las consecuencias de una infracción en el ámbito digital dependen del tipo de conducta y de su gravedad. Cuando se trata de un delito tipificado en el Código Penal, las penas pueden incluir multas económicas importantes e incluso prisión en los casos más graves.
En concreto, el artículo 270 y siguientes del Código Penal recogen los delitos contra la propiedad intelectual. Las sanciones pueden llegar hasta los cuatro años de prisión, aunque esto solo se aplica en casos de distribución masiva, ánimo de lucro claro y perjuicio grave para el titular de los derechos (el lucro no tiene por qué ser directo: puede incluir beneficios indirectos, por ejemplo ingresos por publicidad).
Pero incluso cuando no hay delito, puede haber consecuencias civiles o administrativas. Por ejemplo, el titular de los derechos puede reclamar una indemnización por daños y perjuicios, exigir la retirada del contenido o iniciar una acción judicial para frenar el uso no autorizado.
También pueden intervenir organismos como la Agencia Española de Protección de Datos, si en la infracción se han vulnerado derechos relacionados con datos personales (como en el caso de imágenes o vídeos publicados sin consentimiento).
En el ámbito digital, muchas reclamaciones comienzan con un requerimiento formal o una notificación extrajudicial, y si no se atiende a tiempo, el conflicto puede escalar a los tribunales.
¿Y si eres creador y han pirateado tu obra?
Si eres autor o titular de derechos sobre una obra digital y alguien la utiliza sin permiso, puedes ejercer tus derechos de propiedad intelectual.
Esto incluye solicitar la retirada del contenido, reclamar una indemnización por daños o incluso acudir a la vía penal si hay ánimo de lucro y perjuicio. Por eso siempre es recomendable tener la obra registrada, así como conservar pruebas de su creación y del uso no autorizado.
¿Necesitas saber más? ¿Alguien se ha apropiado de tus contenidos o necesitas asesoramiento para evitar problemas legales en el entorno digital? Consúltanos y resolvemos tus dudas.