Incapacidad permanente: qué es y cuándo reclamarla

Incapacidad permanente: qué es y cuándo reclamarla

¿Sabes que muchas personas que podrían tener derecho a una incapacidad permanente ni siquiera la solicitan? No saber cuándo ni cómo reclamar este derecho puede llevar a que renuncies a una ayuda vital en un momento clave. 

Pero no tiene por qué ser así. Conocer los pasos adecuados para reclamar la incapacidad permanente puede marcar una gran diferencia.

Somos Abogados Especialistas en Seguros y Bancario y en este artículo vamos a explicarte de forma sencilla y directa cuándo y cómo puedes iniciar el proceso de reclamación

 

¿Qué es la incapacidad permanente?

La incapacidad permanente es una situación legal que reconoce que una persona no puede trabajar debido a una enfermedad o accidente, ya sea de origen laboral o no laboral. 

A diferencia de la incapacidad temporal, que es una situación transitoria durante la cual se espera que la persona mejore, la incapacidad permanente se refiere a una situación de salud persistente que impide a la persona ejercer su profesión.

El desconocimiento, el miedo a enfrentarse a trámites complicados y la falta de información precisa dejan a muchas personas en una situación injusta, soportando condiciones que afectan seriamente su calidad de vida y la de sus familias.

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Existen varios grados de incapacidad permanente, que determinan el tipo de prestación económica que se puede recibir:

  1. Incapacidad Permanente Parcial: cuando la persona puede seguir trabajando, pero con una reducción en su capacidad laboral superior al 33%. Un ejemplo común sería alguien que, tras un accidente, sufre una lesión en una mano que le impide realizar ciertos movimientos, pero aún puede seguir desempeñando la mayor parte de sus tareas.
  2. Incapacidad Permanente Total: en este caso, la persona no puede realizar su trabajo habitual, pero sí puede dedicarse a otras profesiones. Por ejemplo, un carpintero que pierde la movilidad de una pierna podría no poder seguir trabajando en su oficio, pero sí podría realizar tareas administrativas en una oficina.
  3. Incapacidad Permanente Absoluta: cuando la persona está completamente incapacitada para realizar cualquier tipo de trabajo. Un ejemplo sería alguien que, a consecuencia de un accidente vascular, sufre una afectación neurológica que le impide cualquier tipo de actividad profesional.
  4. Gran Invalidez: el grado más alto de incapacidad permanente. En este caso, la persona no solo está incapacitada para trabajar, sino que además necesita la ayuda de terceros para realizar las tareas más básicas de la vida diaria, como vestirse o comer.

 

Entender estas diferencias es fundamental, ya que el tipo de incapacidad determina la cuantía de la prestación y las ayudas adicionales a las que se puede acceder. 

Lo que no debe ocurrir es que por desconocimiento, miedo a enfrentarse a trámites complicados o falta de información precisa muchas personas queden en una situación injusta, soportando condiciones que afectan seriamente su calidad de vida y la de sus familias.

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¿Cuándo se puede reclamar la incapacidad permanente?

Deben darse ciertas circunstancias médicas y laborales que justifiquen la solicitud. En general, puedes reclamar una incapacidad permanente cuando tu estado de salud te impide trabajar de manera habitual, ya sea en tu profesión actual o en cualquier otra, y cuando las limitaciones derivadas de tu situación no son temporales, sino que se consideran duraderas. Por ejemplo:

  • Tras un accidente laboral: si has sufrido un accidente en el trabajo que te ha dejado secuelas permanentes, puedes solicitar la incapacidad permanente. Por ejemplo, si eres conductor y tras un accidente pierdes movilidad en una pierna, podrías tener derecho a una incapacidad total o absoluta, dependiendo del grado de la limitación.
  • A raíz de una enfermedad común o profesional: puede tratarse de una enfermedad común, como un infarto que te impida realizar esfuerzos físicos, o una enfermedad profesional como consecuencia de la actividad laboral, como la pérdida de audición por exposición constante a ruidos elevados en la industria.
  • Si se produce un deterioro progresivo de la salud: es el caso de enfermedades degenerativas como la esclerosis múltiple o la artrosis avanzada. 

 

Para solicitar la incapacidad permanente debes haber agotado previamente el período de incapacidad temporal (baja médica). Esto significa que, si has estado de baja por una enfermedad o accidente, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) evaluará si tu estado de salud se ha estabilizado lo suficiente como para considerar que la situación es permanente.

Recuerda que es fundamental contar con un informe médico exhaustivo y detallado que justifique la incapacidad y su relación directa con tu imposibilidad de trabajar. Cuenta con que, en algunos casos, la Seguridad Social podría solicitar evaluaciones adicionales por parte de especialistas o tribunales médicos para tomar una decisión.

Por último, ten en cuenta que no siempre es fácil determinar el momento exacto para presentar la reclamación. Muchas personas dudan si deberían esperar a que su estado se estabilice o si es mejor solicitarlo cuanto antes. 

En estos casos, contar con un abogado especializado puede ayudarte a decidir la mejor estrategia y el momento adecuado para actuar. Si necesitas asesoramiento sobre tu caso en particular, ponte en contacto con nosotros. Te ayudamos a tomar la mejor decisión.